CANOA MONOXILA-HUAMPU O BONGO



 

CANOAS MONÓXILAS

 Su denominación refiere a que ha sido cavada en una sola pieza



Embarcación generalmente construida en tronco de coihue (Nothofagus Domb 


Esta canoa ha sido encontrada en el canal que separa la Isla Menéndez de la playa (zona de los brazos nortes del lago Nahuel Huapi)
 Fue avistada por un poblador local Dn Enrique Loncon, quien dio aviso a las autoridades.
El rescate fue hecho por don Alfonso Rodriguez y Silvia Capraro, con el trabajo de A. Margarido (buzo de S. C. de Bariloche).
Fue extraída por medio de sogas y amarrasa a la lancha “ALBATROS”, luego fue remolcada hasta el barrio El Cruce.
 Resulta imposible determinar la antigüedad de las canoas recuperadas del fondo del lago, tampoco saber con cierta certeza hasta cuando fueron usadas. Sí muestran en su interior marcas de golpes de hacha y restos de clavos metálicos de origen europeo.
 
En Chiloé, la canoa monóxila o huampo, fue utilizada hasta hace unas pocas décadas, para navegar en ríos, esteros y para ir de una isla a otra. Si bien considera que no poseía cualidades como la de la dalca para navegar los canales, sí podía satisfacer necesidades mínimas de desplazamiento sobre el mar.  
 
Una vez derribado se aplanaba lo que formaba el fondo o quilla. Una extremidad se afinaba para la proa y la otra para la popa. Luego lo giraban y ahuecaban con una pequeña azuelilla o también utilizaban brazas quemándolo lentamente.
 
Fue usada originalmente por los Huiliches y Cuncos, rama austral de los pueblos araucanos que habitaban al sur del río Tolten en Chile. Por la influencia cultural de estos pueblos se extienden su uso al este de la cordillera.
 
En el lago Nahuel Huapi se utilizo hasta la mitad del siglo XIX continuando el método de construcción, los primeros pobladores del siglo XX.


Más info:  

 Las crónicas presentan mayor cantidad de información primeramente sobre las dalcas y las canoas de corteza, sin embargo el registro arqueológico ha brindado casi nula información  sobre las mismas.

Contrariamente, en el caso de las canoas monóxilas, contamos con gran cantidad de evidencias en la zona del Nahuel Huapi, en su mayoría obtenida por hallazgos particulares, sin embargo las crónicas no dan más que unos pocos detalles acerca de las mismas.

 

CANOA  DE CORTEZA

 

Los grupos navegantes del extremo sur del continente eran alacalufes o qawshkar y los yámanes o yáganes.

Ambos grupos utilizaban canoas hechas de corteza. Para ellos, las vias de comunicación principales fueron las del mar. La embarcación  fue, sin duda alguna, parte esencial de la vida cotidiana.

En el año 1946, los etnólogos franceses Joseph Emperaire y Louis Robin, desembarcan en la isla Wellington, con el objetivo de convivir, por 22 meses, entre los últimos fueguinos. Para aquella época la canoa de corteza solo sobrevivía bajo la forma de juguete para niños. Ahora era la canoa monóxila la embarcación adoptada. Estos investigadores intentan recobrar tradiciones y recuerdos acerca de las canoas de tabla y corteza.

La canoa de corteza, cuyo grosor es inferior a la pulgada, está compuesta de 3 piezas, entre las cuales  la del medio hace de quilla, de fondo, de roda y de estambor, mientras las otras dos forman los costados. Es curiosa la manera como los indígenas extraen la corteza de los árboles, pues no tienen otro instrumento que el de piedra con el cual hacen dos incisiones circulares y una vertical que se une a las otras dos. Con mucha habilidad desprenden la corteza de una sola vez, llegando a veces hasta un largo de 32 pies para la pieza mediana más larga de una canoa, que tendrá 25 pies  de largo, 4 en su mayor anchura y de 2 a 3 en su mayor profundidad. Para aplanar el rollo de corteza, cargan sus extremos con piedras y lo dejan asi por 2 o 3 días. En seguida se juntan, casi perpendicularmente a la base, las dos piezas laterales por costuras que envuelven a un calafateo de hierbas  y de barro. Para dar resistencia y rigidez al conjunto, se colocan en el interior varillas en forma de arco, bien apretadas las unas contra las otras mientras dos pértigas forman la borda superior  y unos travesaños mantienen su separación. El conjunto es mantenido por costuras, probablemente con una liana llamada voqui. El interior de la canoa es revestido en seguida con tiras de corteza de un pie de ancho, ablandadas al fuego para poder calzar perfectamente con las curvas, lo que forma una especie de piso interrumpido en el medio  por un resumidero, destinado a colectar agua.

Muchas de estas canoas pueden contener hasta 9 o 10 personas. Ordinariamente, son  las mujeres las que reman, con remos a modo de canalete. Pero en los viajes  largos, si el viento es favorable, se instala un mástil hacia la proa del bote, con una especie de verga en el extremo, a la cual se amarra  una piel de foca, cuya parte inferior se sujeta a mano. En medio de la canoa, reposando sobre un lecho de piedras, de conchas y de arena, se mantiene un pequeño fuego, constantemente alimentado. El equipo de la canoa es completado por recipientes destinados a achicar el agua y por algunos cables de juncos o lianas finas trenzadas. (....) si bien la canoa de tablas es menos rápida que la de cortezas, tiene por lo menos la ventaja de una mayor solidez y estabilidad (Emperaire 2002:215)

DALCAS: canoas de tablas cosidas

 

Las embarcaciones de los indígenas que habitaban América llamaron la atención a los europeos que llegaron a estas tierras, a saber por los datos que dejaron escritos en sus diarios de viajes. Cuando recorren las costas de Carelmapu, Chiloé y los canales al sur de ésta isla, se encuentran con un tipo de embarcación desconocida en el resto de América:la dalca.

El área de dispersión de la dalca corresponde al área de difusión del alerce, en Chile entre los 39º y medio y 43º y medio de latitud sur, y en Argentina, más limitadamente en el brazo de Puerto Blest, en el lago Nahuel Huapi. Esta madera permite obtener fácilmente, y solo con ayuda de cuñas, tablas regulares y flexibles de gran longitud.

Esta embarcación ha sido repetidamente descrita  en las crónicas y largamente estudiada por arqueólogos e historiadores, sin embargo el registro arqueológico es deficiente en cuanto a las mismas. En la actualidad, la tradición constructiva de la embarcación se ha perdido, solo se reconoce su nombre, pero no hay pobladores que las sepan construir fielmente.

Las primeras dalcas fueron avistadas en un viaje de exploración del estrecho de Magallanes por Ulloa, en 1553. A partir de allí numerosos viajeros las describirían.

A principios del 1600, Góngora Marmolejo, con motivo de su viaje al canal de Chacao para fundar la ciudad de Castro, nos deja la siguiente descripción:


Porque el pasaje que tiene es unas piraguas hechas de tres tablas y una por plan, y a los lados a cada un lado unas cosidas con cordeles delgados y en la juntura que hacen las tablas, ponen una caña hendida de largo a largo, y debajo de ella y encima de la costura, una cáscara de árbol que se llama “maque” muy mojada al coser: hace una cáscara muy liga que defiende en gran manera al entrar al agua.

Son largas como treinta y cuarenta pies y una vara de ancho, agudas a la popa y proa, a manera de lanzadera de tejedor.

De estas piraguas, que es el nombre que le tienen puesto los cristianos, que ellas se llaman en nombre de indios Dalcas, se juntaron cincuenta.

Reman a cada una conforme  como es de cinco indios arriba hasta once y doce mas: navegan mucho al remo (Góngora Marmolejo en Finsterbusch 1934:8/9)

 

Los tablones de las dalcas poseían en sus bordes una hilera de agujeros, a través  de los cuales se pasaría estas soguillas con una aguja de quilla, con el fin de coser la embarcación. El material para preparar estas soguillas  “abunda en los bosques del Sur. Los voquis i enredaderas tan comunes en ellos dan cabos naturales, sin exigir mayor preparación” (Fonck 1900:183-184)

El contacto con el europeo produjo entonces grandes cambios en la construcción de la dalca, se aumenta la cantidad de tablas de 3 a 5, pudiéndose construir dalcas de mayor tamaño y si se añadían las falcas se contaba entonces con 7 tablones. La dalca original, angosta y larga, no poseía quilla, roda ni codaste, era de fondo plano para varar en la playa sin tumbarse; con el correr del tiempo se adaptaban esas tres estructuras para aumentar el área de resistencia lateral; adaptándola entonces para la navegación a vela. Se introducen cuadernas interiores para lograr aumentar la resistencia estructural. Las dalcas primitivas no poseían tampoco remos, toletes o chumaceras, ni timón, los cuales servirán ahora para  propulsar a remo. Se introduce una muesca en una banca para afianzar un mástil para la vela.

Las paletas serán reemplazadas por los remos, alargándoles el asta. La cantidad de remos empleados dependía del tamaño de la embarcación. Una paleta de mayor tamaño será utilizada desde la popa, como timón. Los indígenas tampoco conocieron la vela antes de la conquista. Se comienza a utilizar a cambio de las costuras para unir las tablas, calvos de fierro o tarugos de madera remachados.

Les compartimos algunos links recomendados para ampliar el tema.

Canoa Yagana. La experiencia de reconstruirla

Canoa Yagán o Yamana

 Imagenes:

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